Emigdio Mondragón Ulloa fue un excelente padre, esposo y ser humano. Quienes tuvieron la fortuna de conocerlo saben que era una persona profundamente alegre, con un corazón grande y generoso. Nacido en Tuzantla, Michoacán, su tierra natal lo marcó con valores de humildad, trabajo y unión familiar. Cariñosamente conocido como “Miyo”, dejó una huella imborrable en cada persona que cruzó su camino. Compartió su vida al lado de su amada esposa Alma Rosa, quien fue su compañera, su fortaleza y el gran amor de su vida. Juntos formaron una hermosa familia con cinco hijos: Alma, Lizbeth, Eladio, Daniel y Javier, quienes siempre lo vieron como un ejemplo de amor, dedicación y sacrificio. Descanse en paz, querido Emigdio Mondragón. Tu familia siempre te recordará con cariño, orgullo y gratitud por todo lo que fuiste y por todo lo que dejaste en cada uno de ellos. Siempre vivirás en sus corazones.